domingo, 1 de abril de 2012

A pesar de lo dicho en el artículo anterior...

A pesar de lo que acabo de decir ahora mismo.

A pesar de que la huelga me ha parecido finalmente inútil.

A pesar de que quemar contenedores solo sirve para que haya que reponerlos, con el dinero de todos, y finalmente el único que sale ganando es su fabricante, Ros Roca.

A pesar de que me da vergüenza que un trabajador pegue a otro trabajador porque piensa diferente, o que se incendie un negocio privado que ni siquiera es la multinacional norteamericana, sino una franquicia de aquí a nombre de un sujeto de aquí al que pueden haber arruinado, sin que ni el apaleado ni el que ha visto arder su negocio sean culpables de nada, más que, al parecer, de provocar la ira irracional del sector más radical de los huelguistas.

A pesar de que creo firmemente que si todos nos pusiéarmos a pensar lograríamos más que si todos nos pusiéramos a lanzar piedras y a golpearnos con palos unos a otros.

A pesar de que me preocupa que al final se perjudique la imagen de Barcelona, que nosotros, queridos radicales, vivimos del turismo, nos guste o no, y ya solo falta, en medio de toda esta crisis mal gestionada, que los turistas dejen de venir asustados por esa "Vandalona" que cada vez sale a la luz de los telediarios internacionales con mayor frecuencia.

A pesar de todo eso...

Sé muy bien quién es el enemigo, y no, realmente, no lo son, tampoco, los radicales pirómanos.

El enemigo es éste que tan bien retrata Ferran Martín en la viñeta que ilustra este artículo. Los grandes especuladores, que han jugado y siguen jugando al Monopoly con nuestras economías, comprando y vendiendo países enteros, mientras la mayoría de ciudadanos permanece apático, y los que se mueven es solo para jugar al corre, corre que te pillo delante de la policía, o quemar cualquier local comercial con letrero en inglés que se crucen por el camino...

Apañados estamos.

4 comentarios:

Co dijo...

Tal cual. Pensar en lugar de ser vándalos sería lo más productivo. Movilizar pasivamente en lugar de violentar. Acá, con la manifestación pasiva, hemos logrado hasta que se vaya un presidente (cosa que no me enorgullece, claramente)asique está claro que la organización y la empatía ayudan a conseguir objetivos. Aprendamos a usarlos más seguido, empecemos ponerles límites a los que juegan al Monopoly con nuestras vidas!

la MaLquEridA dijo...

A pesar de todo seguimos creyendo que esto puede cambiar a pesar de todos.



Besos Jan.

pseudosocióloga dijo...

Tenemos lo que nos merecemos.Por votar a unos y a otros.

Sese dijo...

Cuánta verdad atesora el último párrafo. Y lo único que está consiguiendo la inútil clase política que tenemos es radicalizar posiciones, y eso nos lleva a lo que nos lleva, a la violencia.

Es descorazonador ver como los políticos no hacen ni puto caso a la opinión de la gente, que si la huelga fue más o menos seguida, que no hubo libertad para ejercer el derecho a trabajar...

Sí, todo eso está muy bien, como excusa. Pero cómo deslegitimizas la cantidad de gente que salió libremente a manifestarse en la calle.

La única forma es desviando la atención para que las posiciones se radicalicen y el verdadero culpable, el verdadero "enemigo" siga mandando a su antojo.

Saludos