miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿Es broma o qué?

Primero, convocan el “cocktail navideño” (en mi empresa no hay cena de navidad, mucho mejor un cocktail, donde va Ud. a parar...) el peor día a la peor hora posible, a saber, el jueves de una semana en que trabajo, precisamente, miércoles y jueves, nada menos que a las 13:30 horas del mediodía, o sea, lo justo para partirte el sueño por la mitad tras una dura noche de trabajo, cuando aún te queda por delante una segunda noche...

Segundo, una de las tres Supervisoras Médicas, mano derecha, por más señas, del casi todopoderoso Director Asistencial, me advirtió en una reunión, educada, discreta y tranquila, pero firme y taxativa a la vez que, como miembro que soy del Staff (Los Coordinadores Jefes de Equipo somos el último y más miserable peldaño de la escala de mando. Nuestro poder es ínfimo, sí, pero, técnicamente, formamos parte del Staff directivo de la empresa) DEBÍA acudir al Cocktail (Yo no pensaba ir, por los motivos creo que lógicos y razonables expuestos en el párrafo anterior) y dejarme ver en él. Que era una obligación que iba con el cargo, vamos. Genial.

Tercero, me resulta imposible cambiar con nadie ningún turno de guardia, ni miércoles ni jueves, lógico, porque todos los Jefes de Equipo debemos ir al puñetero cocktail, según lo explicado. Y como tampoco quiero ir sin apenas dormir y afrontar una noche de guardia, la del jueves, hecho una mierda, cansado y somnoliento (Con las posibilidades de cagarla que eso conlleva), me jodo y gasto un día personal pidiendo fiesta la noche del míércoles, para poder ir descansado al cocktail de los cojones.

Cuarto, la guinda del pastel, ayer mismo, martes 13 de Diciembre, festividad de Santa Lucía, patrona de las modistillas, a una semana justa del dichoso acontecimiento... La Dirección, por “motivos organizativos”, según consta en la nota que nos han pasado a todos por correo electrónico, ha decidido cambiar la convocatoria del cocktail de marras de las 13:30 a las 20:00 horas, manteniendo la fecha del jueves. No necesito, por tanto, el día de fiesta que solicité, pero, como ya lo tengo concedido, no puedo desdecirme y anular la petición. Resultado: Un día de fiesta desperdiciado, una desagradable sensación de absoluta desorganización y una rabia que me siento subir por el esófago desde las vísceras...

¿Qué maldito desbarajuste es éste? ¿Estáis de broma o qué?

3 comentarios:

Doctora Anchoa dijo...

Bufff, las puñeteras celebraciones navideñas de las empresas. Donde trabajaba yo antes también había obligación de acudir siempre, de hecho recuerdo una en concreto a la que fui más cabreada que una mona, porque al día siguiente, que era sábado, me tenía que levantar pronto para trabajar. Y el mismo jefe que me había soltado el marrón me ponía mala cara porque nada más acabar la cena yo me quería ir a casa sin tomar ninguna copa.

Babilonio dijo...

Veo que en todos lados cuecen habas, de obligaciones sociales en la empresa se mucho ( la mia tiene mas tonteria que pelos) pero no tiene sentido que después de una guardia esperen que asistas.
Paciencia, suerte y en cuanto pueda mandalos al carajo.
Un abrazo.

Fiebre dijo...

Pues parecido a todas las fintas que en mi empresa han hecho esta semana.
Encima con Superjefazo nuevo, algunos hemos estado 4 días mano a mano con él jartitos a trabajar, mientras otros jefecillos que llevan dos días, andaban escaqueaos y mangoneando, mientras planificaban la comida y han decidido nuestros movimientos a su antojo.

¿Sabes lo que he hecho?

Pedirme mañana el día libre callá como una muerta mientras me decían tumbados a la Bartola: ¡Nos vemos mañana! (por eso hoy puedo leerte al fin)... ¡y va a ir a la comida Rita!.

Me incorporaré a las copas con los que queden, que siempre suelen ser los guays...¡y para colmo siempre mojo, juas!