jueves, 8 de diciembre de 2011

Victoria en 37 segundos

El pasado sábado unos cuantos compañeros de mi empresa perdimos (con gusto) horas de sueño acudiendo a primera hora de la tarde hasta cierto gimnasio de la localidad de Rubí, distante unos treinta kilómetros de Barcelona, para presenciar un combate de boxeo. No somos fanáticos de ese deporte (La mayoría no había visto nunca antes un ring en vivo y en directo), pero es que aquel no iba a ser un combate de boxeo cualquiera: Otra de nuestras compañeras, llamémosla Mulan, luchaba por el campeonato autonómico de los pesos ligeros de boxeo femenino (Categoría entre 54 y 57 kilos).

No éramos muchos en la empresa los que conocíamos esta circunstancia. Es sabido que Mulan ha practicado varias artes marciales, y que entrena hace años en un gimnasio especializado en boxeo, pero no hace demasiado tiempo que se ha iniciado en la competición, y cuando tomó esa decisión tomó también la decisión adjunta de no explicarlo al público en general, preocupada por la imagen que podían tener de ella. De hecho, la comprendo. No parece que una mujer inteligente, razonable, negociadora y para más inri licenciada en psicología sea el prototipo de fanática de la lucha que se lanza a dar sopapos a diestro y siniestro en un ring, pero así somos de contradictorios los seres humanos... Lo del campeonato de Catalunya, bueno, suena muy impresionante, pero teniendo en cuenta que el boxeo femenino, en España, cuenta con escasas aficionadas y menos competidoras, no debéis extrañaros que en cuanto aparece una púgil con ciertas condiciones su gimnasio la presente como aspirante al título. De hecho, en toda Catalunya no hay campeonas de todas las categorías, y de la categoría en que compite nuestra compañera solo se presentaban ella y su rival.

El combate duró solo un round, qué digo, menos de un round, fue visto y no visto... Mulan salió en tromba a por su contrincante, menos preparada y mucho menos motivada. La chica, aunque de mayor envergadura, no atacó ni una sola vez, solo trataba de defenderse. Inútil. Mulan, sin cortarse un pelo, le golpeó las costillas con dos fuertes ganchos, uno a cada lado, que hicieron que bajara la guardia, dolorida y sin resuello, momento que aprovechó nuestra amiga para lanzarle un terrible derechazo al mentón que la dejó tendida en la lona, inconsciente. Treinta y siete segundos duró el combate. Treinta y siete segundos le bastaron a Mulan para vencer por K.O., cosa extraña en el boxeo amateur, y menos aún en el femenino, donde casi todos los combates se ganan a los puntos.

No nos sentimos decepcionados, sin embargo, con que la pelea durara tan poco. Yo tenía miedo de que, por contra, llegaran a los diez asaltos y acabaran ambas destrozadas. Mejor, mucho mejor, así. Eufóricos, celebramos la victoria de Mulan como si toda la empresa hubiera ganado el título. Eso sí, originales como somos, lo celebramos... trabajando. Mulan, para poder ir al combate, no queriendo pedir día pesonal para ahorrarse explicaciones incómodas, se había cambiado la guardia con una de las chicas de mi Equipo, de modo que en vez de su habitual turno de Tarde el sábado hizo la Noche con nosotros. Cruel destino el suyo, pasar en apenas dos horas de ganar un importante campeonato deportivo a iniciar un largo turno de guardia nocturna de diez horas...

3 comentarios:

pseudosocióloga dijo...

La verdad es que una licenciada en psicología dándose de puñetazos con otra mujer, por placer, es cuando menos, chocante.Los vericuetos de la mente humana se me escapan.

la MaLquEridA dijo...

Mulan cargó con una sonrisa toda la noche y eso nadie se lo quita.


Besos Jan.

Lakacerola dijo...

Pues a mi tampoco me pega una psicóloga de púgil, no sé..raro raro.