martes, 15 de febrero de 2011

De clases de ginecólogos

Domingo por la noche, madrugada ya de uno de esos lunes en los que nadie querría venir a trabajar, intensa guardia de urgencias, advertencia clara de lo duro que será el día siguiente. Aprovecho un breve momento de calma para ir al office, hasta la máquina de café. El Dr. F se reúne conmigo, buscando también su dosis de cafeína. Le he oído mantener una tensa conversación a través de su móvil, y ahora parece irritado, indignado, casi fuera de sí, aunque contenido. “¿Qué te pasa?” le pregunto, y me mira como dudando si contestar.

Me pareció que tenía ganas de soltar lastre, de compartir su pena, y he acertado, finalmente se decide a contármelo: Su hermana mayor, tras varios meses soportando molestias y notar que se le hinchaba el vientre, una hinchazón extraña, solo en un costado, no en toda la barriga como cuando engordas, se decidió a ir a su ginecólogo, uno muy conocido. El reputado Doctor, sin embargo, se la sacó de encima sin examinarla siquiera. Que no se preocupara, que claro, ya se acercaba, por edad, al climaterio, y era muy normal que empezaba a sentir los síntomas de la premenopausia. Le recetó pastillas de soja, le dió unas pautas de alimentación, y a casita que hace buen día hoy.

Pero las molestias siguieron, y aumentaron, y la preocupación de la hermana del Dr. F también, hasta que se decidió a consultar con él. Al Dr. F no le gustaron nada los síntomas de su hermana, pero él no es ginecólogo, así que la remitió al Dr. X, con quien había trabajado y a quien respeta mucho profesionalmente. El Dr. X sí examinó a la paciente, y no necesitó más que palparla por dentro para no dejarla ni levantarse de la camilla. “No te asustes, pero he de tomarte muestras para una biopsia. Hoy mismo tendremos los resultados”. Y sí, los tuvieron, tremendos resultados: Un cáncer ovárico en fase avanzada, que nadie había podido/querido/sabido detectar antes. “No te voy a mentir, tienes pocas posibilidades, solo te prometo intentarlo – dijo el Dr. X a la asustadísima hermana del Dr. F - Te harán ahora, seguidamente, las pruebas del preoperatorio, porque te intervendré mañana mismo…”

La intervención salió bien, pero a la postre resultó ser muy tarde. La han detectado metástasis intestinal y hepática, y aunque intentarán hacerle una resección de colon, la hepática es inoperable. El Dr. F maldice. “Si el jueputa de ginecólogo la hubiera examinado, hubiéramos ganado unos meses cruciales…” Sí, como aprendí en cabeza ajena, hay dos clases de ginecólogos, los que se preocupan, y los que no. Por desgracia para la hermana del Dr. F, se topó con uno de los que no.

Hace años, en un momento afortunadamente superado, descubrí a través de Elma que hay, también, otras dos clases de ginecólogos: Los partidarios de “cortar por lo sano”, y los que tratan de invadir el cuerpo femenino lo mínimo imprescindible y necesario. Parece que los primeros son frecuentes en la especialidad. Y muy vehementes, aunque se equivoquen. El primer ginecólogo que examinó a Elma, el que le diagnosticó los miomas, aún reconociendo que no llegaba ni a ser endometriosis, la programó para una histerectomía total, para cortar por lo sano y vaciarla totalmente, para entendernos. “Ya no piensas tener más hijos, ¿verdad?, Pues mejor sacarlo todo…” Dijo con el mismo tono neutro de quien va a vaciar el pavo para meter el relleno.

Afortunadamente, Elma y yo, en busca de una segunda opinión, dimos con uno de los ginecólogos de la otra tendencia, mucho menos agresiva, quien desde el principio se mostró partidario de intentar evitar la intervención, tratando con medicación el problema, y aún en el caso de que no funcionara la medicación, intervenir por laparoscopia y afectando lo menos posible a los órganos internos. Finalmente, el tratamiento funcionó y a los seis meses Elma ya estaba de alta y sin haber tenido que sufrir intervención alguna. Pero, si se hubiera fiado del primer ginecólogo y su diagnóstico, estaría ahora sin aparato reproductor.

Así que, queridas lectoras, por más que no me guste dar consejos, os quiero decir, a modo de consejo por una vez, que tengáis cuidado con qué clase de ginecólogo es vuestro ginecólogo, y en todo caso, si alguno de sus diagnóstico no os parece correcto o adecuado, que busquéis siempre cuanto menos una segunda opinión.

El chiste gráfico de hoy es quizás un punto demasiado humor negro, pero es que así es como me siento con estas historias. Por si alguien no entiende el inglés, ella piensa “¿Será esto amor verdadero?” y él piensa “¿Será esto un tumor vaginal?”

Nos leemos!

6 comentarios:

Doctora Anchoa dijo...

Joer, qué mal rollo. Esto se da en ginecólogos igual que en cualquier otro médico, pero da muuuucho yuyu. Supongo que algunos serán médicos por vocación y para otros será una forma de ganar dinero nada más...

Misaoshi dijo...

JO-DER

Estoy flipando.

A mí me paso algo parecido con una infección de orina. Fui a urgencias porque tras la infección me picaba todo y escocia y el tío ni me miró ni ostias, me dio una pomada HIDRATANTE y yo: pero el problema es que no deja de salir tal y cual y él: HIDRATANTE. Pues nada, dos meses de tratamientos y 3 ginecólogos más (2 en Madrid y otro en Ponferrada) por una alteración del PH flipante y una candidiasis que me decian podría ser crónica y claro, un tiempo de abstinendia.

Desde entonces sólo voy a una ginecóloga que desde el primer día todo son pruebas, diagnósticos, análisis, de todo. Me tiene controladísima.

Diox, no sé por qué cuento esto, pero es que me dio un montón de corage que te examinen sin examinarte, sólo con mirarte la cara y haberle dicho lo que te pasa. ¿Para qué hacerte bajar las bragas?

Hay que ir con cuidado hasta con los médicos.

Y bueno, una gran putada todo lo que ha sucedido en ese caso (y los que habrá más...)

la reina del mambo dijo...

Muy mal, yo digo que no hay que fiarse de los médicos en general, no es mismo caso pero, es el mio.
Claro está de quien te fías? En mi caso mejor no digo nada y mando al cuerno todo lo que me han ido recetando. Qué a mi pregunta? si me receta x dejo de tomar k? No todo y así una y otra vez.
Me alegro que con Elma la segunda opinión fuera la buena.
Besos

Co dijo...

Que terrible lo que contás!Yo soy de las que siempre buscan una segunda opinión o más. Sobretodo con esas cuestiones y más aún siendo jovn y no habiendo tenido hijos todavía.
Médicos inescrupulosos y comerciantes hay en todos lados.Nosotros como pacientes debemos estar atentos!

Besos!

Lakacerola dijo...

Jajajaja..me has recordado a la "cachoburra" de ginecóloga que me ha tocado. Imagínate un "armario" de 3x4, alemana, gorda, cincuentona y que de vez en cuando le he oído decir "herr"...
La última vez que fui se me subieron los ovarios al pinganillo.

pseudosocióloga dijo...

Estoy con la Dra.Anchoa, esto se da en todas las especialidades.
Yo conozco ejemplos de las cuatro posibilidades que aquí expones.
Lagarto, lagarto.