lunes, 21 de febrero de 2011

Teatro: Petits crims conjugals

“Amar es querer los defectos del otro”, dice Eric-Emmanuel Schmitt, autor de la obra teatral que fuimos a ver Elma y yo el sábado por la noche, “Petits Crims Conjugals” (Pequeños crímenes conyugales)

Y de eso va la obra, de la pareja, del amor, del deseo, de los motivos a veces extraños que tienen las parejas para seguir juntas, para quererse a pesar de que el mundo entero parece hecho para que el amor no perdure. De la violencia de la pasión, y la violencia, distinta pero igualmente cruel, de la convivencia y la monotonía. Una obra que explora en forma de thriller lo que en realidad es una cuestión sociológica y casi filosófica, la esencia del vínculo que une a una pareja, que les mantiene juntos a pesar de todo.


Tanto a Elma como a mí nos gustó mucho la obra,  una hora y media sin intermedio, dos únicos personajes en el escenario, una larga y retorcida conversación llena de engaños, de descubrimientos, de mentiras que se tornan realidades y verdades que se demuestran falsas. Una oda al amor real, cotidiano, lleno de defectos, de fingimientos y de miedos, pero amor al fin y al cabo, incluso podríamos decir que amor más real que en las historias románticas al uso . Para el autor el verdadero amor empieza, tal vez, donde acaba el amor romántico, más allá de la pasión, ya finalizado el enamoramiento. Hablamos, claro, de amor diario, de parejas que conviven y tienen inevitables roces, que luchan porque esta dura realidad no desgaste sus ganas de seguir juntos, porque eso es al fin y al cabo una pareja, dos personas que están juntas simplemente porque, más allá de papeles y compromisos, desean seguir estando juntas.

Quiero destacar las interpretaciones de los dos actores, que me parecieron excelentes. Ramón Madaula lo hace muy bien, aunque para mí el papelón es el de Laura Conejero, que lo borda, imbuyendo a su personaje de altibajos emocionales, de carga sentimental y psicológica.

En suma, salimos contentos del teatro Poliorama. Paseamos Ramblas arriba, cogidos de la mano, hablando precisamente de lo que nos hace seguir adelante, de las cosas que a pesar de llevar ya diez años juntos nos siguen gustando a uno del otro, de esa pasión que aún no ha muerto, si acaso se ha transformado en algo distinto, más reposado, pero igual de satisfactoria que al principio de nuestra relación. Nos fuimos a cenar al Otto Sylt, y seguimos hablando de ello, entre inmensos bratwurst y botellines de cerveza mexicana, Sol, para más señas, y luego, pasada la medianoche, una vez en casa, a solas, dejamos que las palabras fueran cediendo paso, poco a poco, a los hechos...

En la foto, tomada de la galería de “Clip de Teatre” en Flickr, Ramón Madaula y Laura Conejero, en un momento de su interpretación.

4 comentarios:

pseudosocióloga dijo...

Que envidia me dais.

Doctora Anchoa dijo...

Tema delicado y difícil, sin duda. ¿Qué hace que una pareja se quiera x años después?. Saco mi lado frívolo para decir que da igual. Lo importante es el sentimiento, ¿o no?.

la reina del mambo dijo...

Me alegro que lo pasarais bien.
Envidia me dais, broma:))).
Un beso

Madame dijo...

siempre la comunicación será la base sustentadora en una relación... sin eso.. todo cae...
me alegro que tengas esa personita especial a tu lado.. cuidala..
besos y abrazos jan berg.., por cierto tienes un regalito en mi blog.. pasa por él.. te cuidas, me alegra encontrarte en tu nuevo blog.. nos estamos leyendo..