jueves, 17 de marzo de 2011

El ladrón de manduca

-¡¡Al que me coja esto de la nevera, lo capo!!

La Dra. R lo dice alto y claro, plantada desafiante en medio de la sala, exhibiendo en alto, cual si fuera un trofeo, para que todos lo veamos y no haya duda, una Copa Danone de nata y chocolate.

Tras un tiempo desaparecido, el Ladrón de Manduca, como así hemos bautizado al audaz (y cabronazo) ratero que asalta la nevera del Office y se come sin duelo las viandas ajenas, dejando sin comer al que tenga la mala suerte de que su cena o almuerzo despierte el apetito de este delincuente, el Ladrón de Manduca, os decía, ha vuelto, más activo y osado que nunca.

Su última hazaña, robarle un bocadillo a cierta Coordinadora del Turno de Tarde.

La compañera expoliada llegó de la calle para iniciar su turno de trabajo portando una bolsa del Pans and Compaany que contenía un bocadillo de jamón serrano, su cena de aquel día. Entró, dejó la bosa con el bocata encima de una de las mesas del Office, se llegó hasta la Sala, saludó a un par de personas, recibió novedades del Coordinador de Mañana al que iba a relevar, volvió rápidamente al Office... Y la bolsa ya no estaba. Evidentemente, solo podía habérselo llevado o alguno de los compañeros que fumaban a la puerta de la empresa o algún otro de los que estaban entre la Sala y el Office, con los que se había cruzado en el camino. La rabia de sentirse robada y quedarse sin cena no era nada comparara con la tremenda rabia que le provocaba la certeza de que el descarado ladrón debía ser, necesariamente, un compañero.

A la Dra. R, la que tan rotunda advertencia nos lanzaba al resto de Turno con su jugoso postre en la mano, ya van tres semanas seguidas que se lo roban de la nevera antes de que pueda comérselo, dejándola con un palmo de narices. A ella le gusta ese postre ya tarde, sobre las seis, es como su reserva de glucosa cuando ya se encuentra desfallecida. Pero no llega a esa hora. Alguien, antes, se lo come. Alguien que necesariamente es un compañero, bien de nuestro Turno de Noche, bien de los últimos del Turno de Tarde que acaban su jornada al filo de la medianoche.

Me da vergüenza ajena tener que explicar esto, pero así somos, y no es la primera vez que lo veo. Cuando trabajaba en el 061, tuve ocasión de ver algo un escalón por encima en una teórica escala de hijoputez: Una compañera del Turno de Mañana, diabética, dejaba en la nevera un tetra brick de leche de almendras para ella. Ponía su nombre con un rotulador en el exterior del tetra brick, aunque no hiciera falta, pues todos sabíamos que la leche de almendras era suya. Pues bien, se la bebían, sí, como lo oís, había algún jueputa que la dejaba sin su leche, a sabiendas, porque también esto todos lo sabíamos, que ella, al no poder beber leche “normal”, si se quedaba sin su bebida se quedaba sin almuerzo. Hay que ser verdaderamente desalmado para hacer eso, pero había allí quien lo hacía sin despeinarse y seguro que sin el menor remordimiento ni cuestión moral.

Así somos, repito.

Y luego se llenan la boca hablando de civismo...

11 comentarios:

Doctora Anchoa dijo...

Qué cosa más penosa. Yo he visto a gente robando el papel higiénico de la empresa, hinchándose a comer en las tiendas de frutos secos (sin pagar lo que se comían, por supuesto), y aprovechando a ponerse morados cuando alguien trae algo de comer para su cumpleaños porque "mira qué bien, ya no tengo que gastarme hoy dinero en comprar la comida", palabras textuales. Mira que hay ruines por el mundo.

pseudosocióloga dijo...

Lo que no pase en vuestra oficina..... a mi, aún así, desde fuera, me ha hecho gracia, y mira que yo sin comer me vuelvo muuuuy agresiva, ya sé, ya sé, no tiene ninguna gracia.
Podeis probar a poner uno de esos peluches con cámaras en los ojos para pillarle "in fraganti"

la reina del mambo dijo...

Ami desde fuera también me ha hecho gracia, aunque no tenga ninguna.
Mi madre decía que el que roba comida sin hambre,o lo que pille,le da igual robar un banco o lo que sea.
Un beso

Anónimo dijo...

Joder, está claro que no roba porque no tenga dinero para comprarse un puto bocadillo porque trabaja. Eso es pura glotonería, morro, poca verguenza o, sencillamente, sí es un buen hijo de puta.

Madame dijo...

yo una vez castigue al "gloton" que se robaba mi comida, puse una barra de chocolate en el cajon del escritorio, pero no era un chocolate cualquiera... era un purgante ... jeeee el gloton de hecho fue el único en robarse la barra... y ese día no lo vimos, pidio baja médica jeeeee...
si, fui cruel pero había que educarlo... me canso que se coma mi comida... grrrr.. con el hambre no se juega.. ni con el sueño... son dos cosas que respeto mucho...
besos y abrazos Jan, nos estamos leyendo...

Lakacerola dijo...

Que poca vergüenza, tendría que vigilar quién lo hace de alguna manera.
Buen finde.

la MaLquEridA dijo...

Ojalá pronto lo agarren.

EriKa dijo...

Si es un compi tiene delito porque digo yo que para comparse un yogurt le llega el sueldo, me parece a mí que son ganas de fastidiar al personal.

Besitos.

Onara dijo...

Lamentable... la verdad, es que nunca entenderé este tipo de cosas...
Me paso algo parecido, durante una época no podia tomar leche normal, tomaba leche de soja... ya me diras, que atractivo puede tener la leche de soja... pues era comprar el brik, y al dia siguiente faltar mas de la mitad...

No quiero ni pensarlo...

Madame dijo...

Hola Jan, paso a saludarte y a decirte que tienes una mención en mi blog pasa cuando gustes, besos y abrazos nos estamos leyendo.

Celia dijo...

En todas las empresas hay un ladron de comida.Es patetico, ruin y vergonzoso.
En el trabajo de mi ex, cansados del robador de bocadillos. pactaron llevar todos bocadillos de pate con ARENA.
A la hora de la cena , todos esperaban disimulando con los bocadillos quien era el incauto que lo probaba sin saber la sorpresa que le esperaba. Cuando alguien escupio asqueado, descubrieron quien era robador de manduca como tu lo llamas.