viernes, 25 de noviembre de 2011

Dos puyazos para Elma

El pasado lunes, Elma fue a la peluquería a teñirse y cortarse el pelo, ya un poco demasiado largo para su gusto. No es que vaya con mucha frecuencia, casi siempre se tiñe y arregla ella misma el pelo en casa. Solo de vez en cuando, si hay motivo, y el motivo esta vez ha sido una cena de empresa a celebrar la noche de hoy.

Pues bien, a pesar de mis consejos, Elma no quiso acudir como la última vez a la peluquería de Jenny, una transexual alta y fuerte como un estibador portuario (Es la “trans” menos femenina que yo haya visto jamás) porque, aunque Elma reconoce que Jenny es buena peluquera, le molesta su brusquedad (Brusca sí que lo és, pega unos tirones como si estuviera recolectando remolacha) y se incomoda cuando la vecina de portal de Jenny, dueña de una floristería, carca y ultracatólica, se pone a rezar el rosario en voz alta en medio de la calle, frente a la puerta de la peluquería, intercalando oraciones y jaculatorias con advertencias a los sorprendidos transeúntes, a los que indica a voz en grito que allí, en aquella peluquería, habita el demonio.

Elma cogió el metro y se fue a la peluquería a la que iba cuando vivía en Santa Eulalia, y que, aunque ella no se acuerde (O no quiera acordarse) tampoco era ninguna maravilla. La mala suerte hizo que se encargara de atenderla un imberbe recién llegado, y no alguna de las más veteranas. El peluquerito le hizo un corte difícil de describir, algo así como la forma en que Salvador Dalí hubiera dibujado una escarola color rojo caoba.

Ese fue el primer puyazo, que ha tenido a Elma de lo más rayada durante toda la semana, primero por haber pagado a un presunto profesional para obtener un resultado mucho peor que si ella misma se lo hubiera hecho, y segundo porque esto haya ocurrido justo la semana de la cena de marras.

Con todo, el segundo y peor puyazo lo recibió Elma ayer jueves por la tarde. Debía hacerse unas fotos de carné, y en primer lugar intentó hacérselas en el fotomatón de la estación de metro de Sagrada Familia. No quedaron bien, la pésima iluminación del fotomatón hizo que quedaran contrastadas en exceso, y su piel luciera una palidez cadavérica. La convencí de que se hiciera otras en el estudio de un fotógrafo, y nunca me arrepentiré lo suficiente de haber hecho tal cosa. Elma mostró al fotógrafo las fotos hechas en el fotomatón, y le dijo que solo se haría otras si él aseguraba que la iba a sacar mejor, porque si no no valía la pena. El fotógrafo se molestó ostensiblemente por el comentario, pero, aparentando que no, dijo que claro que quedarían mejor, que él era un profesional, que valdrían para la portada del Vogue...

Para la portada del Vogue, os lo aseguro, no valen. Por supuesto que el resultado final era algo más presentable que las del fotomatón, menos contrastadas, más nítidas y mejor enfocadas, pero más allá de eso tampoco nadie a simple vista hubiera deducido que las había hecho un fotógrafo profesional. Elma, muy poco convencida ya de entrada de repetir las fotos, no pudo disimular el disgusto al verlas.

-¿Lo vé? - le espetó – Para esto, no valía la pena hacerlas.

El fotógrafo, herido en su amor propio, se tomó aquellas palabras como una gravísima ofensa, y, furibundo, le contestó

-Pero señora, ¿Qué más quiere Ud. que haga? Con esos pelos de loca que lleva, es imposible que salga bien en la foto...

Cual casco azul de la ONU, saqué a Elma de la tienda a empellones, antes de que ella le rompiera la cara al osado fotógrafo, y mientras ambos, a voz en grito, juraban en arameo. Menuda escenita. El fotógrafo se comió su obra con patatas. Elma ni se llevó ni pagó las fotografías. Claro que ahora tendrá que usar las del fotomatón...

13 comentarios:

Babilonio dijo...

Un mal día sin duda, la profesionalidad no es un valor en alza por desgracia, todo es reducir costes a base de perder calidad.
Yo ene sos dias intento buscar un detalle positivo que me anime y me agarro a el como al culete de una rubia.

Un abrazo.

La Rizos dijo...

La pobre. Desde luego que hay días en los que es mejor no salir de la cama...

De todos modos, es pelo. Volverá a crecer, y si algo tiene Barcelona es que encuentras de todo, multiplicado por mil. Es cuestión de encontrar una peluquería decente para la próxima vez :)

Madame Milagros dijo...

Haaaaaaaaaaaaaaaay.... yo si que odio cuando me corten mal el pelo... hasta llego a llorar... mira que justo estaba pensando en ir a cortarme el pelo estos dias, pero ya me dio miedito con lo que le paso a Elma... mmmmmmm mejor me quedo con mi pelo laaargo ..
Muy a parte de la foto, yo creo que todo deriva del corte de cabello que se hizo, tal vez ninguna foto le gustará porque no esta a gusto con lo que le paso... pero bueno, ya le crecerá es el único que la reconfortará...
besos y abrazos Jan, nos estamos leyendo.

pseudosocióloga dijo...

Esas pequeñas cosas que te amargan el día....

la reina del mambo dijo...

Uppppssss dios mio!!! ninguna foto le gustará por el corte de pelo.
Un beso

la MaLquEridA dijo...

Jajaja emmm no perdón este... es que imaginé cómo sacabas a Elma para que no le pegara al tipo je.


Ni modo, a esperar a que se pueda hacer algo en ese pelo.

Un abrazo Jan.

Onara dijo...

Jan, lo siento por el mal rato que seguramente debe de haber pasado Elma, pero es que no he podido reírme al leer la escena del fotógrafo.

Tiene su parte cómica, seguro que cuando Elma se calme, os reiréis del asunto.

Besos!

Sra. T dijo...

Pobre!!!!!!

La verdad es que hay días que.... es mejor no levantarse!!!!


Ánimo para Elma

Un besazo

Fiebre dijo...

¡Otro diez para Elma!
Yo soy en esas cosas tan gili, que sin el apoyo de un Jantón al lado, pago y me junto con dos colecciones de fotos inservibles.

Dale un beso "peliespilufrao" de mi parte, que sé lo que es no tener un pelo en su sitio...

Mi casa de juguete dijo...

Nadie sale bien en las fotos de carnet, nadie! Que olvide el incidente cuanto antes... ;)

Doctora Anchoa dijo...

¡¡¡¡Y habría sido para armarla mucho más!!!! Nadie le dice a una mujer que lleva pelos de loca y sobrevive para contarlo. Yo estoy con Elma, y aún es más, creo firmemente que, como pareja de Elma, estás en la obligación de comprarle una caja de bombones para animarla.

Co dijo...

Uhhh! Que hay gente poara todo, eh! Un desubicado el fotógrafo. Nunca escucho la máxima "El cliente siempre tiene la razón". QUe pavo!

Y de lo anterior, ni hablar. En tema peluquer+ia nunca hay que escatimar gastos y mucho menos ponerse en manos de quien uno no conoce.

Pero bueno, es pelo y crece!

Besos

Lakacerola dijo...

Pues te diría, que como sabe teñirse por lo que cuentas, tal vez cambiando el color consiga arreglar algo el pelo, lo de las fotos, que se maquille tonos oscuros, a lo mejor consigue que los focos no la saquen tan pálida, algo así como lo que hacen los presentadores de TV antes de salir en antena.
Buen finde.