jueves, 10 de noviembre de 2011

Vete por la sombra

De todos los despidos que ha habido de un tiempo a esta parte en mi empresa, el de Arisa es, con total seguridad, el más justificado. Hace ya tiempo que Arisa lo venía buscando, comentiendo errores de bulto impropios de una veterana, buscando conflictos con los compañeros y desafiando continuamente tanto las normas de la empresa como las disposiciones organizativas de los mandos intermedios. Una pesadilla, os lo puedo asegurar, para los que tenían la mala suerte de compartir Turno o Equipo con ella.

En su loca carrera en pos del despido y el subsidio de paro, Arisa no se ha cortado a la hora de causar daños colaterales ni de atropellar a quien interfiriera en su camino, por inocente que fuera, mostrando un absoluto desprecio por lo que les ocurriera a los demás, por el daño que pudiera causarles.

La guinda del pastel vino el día en que (¡Por fin!) el Director Asistencial, flanqueado de las Supervisoras y el Vice-Gerente de Recursos Humanos, la llevaron a una sala de reuniones para comunicarle escuetamente su despido. Apenas una hora después de que éstos mismos directivos, tras la breve y tensa entrevista, la acompañaran a la puerta y la cerraran tras ella, Arisa envió mensajes de móvil a varias compañeras del Turno de Mañana, diciéndoles que, en la reunión, los jefes tenían sobre la mesa una lista con los nombres de las personas que iban a ser despedidas, una detrás de otra, en los días siguientes. Y no se privó de dar los nombres y apellidos que ella aseguraba haber visto en esa lista. Cuatro compañeras que se tenían por amigas suyas.

Nada de lo que explicó Arisa en esos mensajes de móvil es cierto. Jamás existió esa lista, ya que justamente Arisa era la última de las que Gerencia había decidido expulsar de la empresa en la contundente operación de limpieza que ha llevado a cabo, implacablemente, tras las vacaciones. ¿Qué pretendía entonces Arisa, contando esa mentira? Pensamos que, tal vez, incendiar la empresa, provocar que los compañeros, rebotados ante la perspectiva de nuevos despidos, iniciaran acciones de protesta. No pensó o no le importó el daño que pudiera causar a las personas afectadas, aquellas cuyos nombres mencionó como si realmente los hubiera visto en su lista imaginaria. Le dió igual que estas personas, inocentes y ajenas a su guerra particular contra la empresa, pasaran días de angustia creyendo sus palabras y teniendo la certeza de su inmediato despido.

Solo cuando una compañera algo más sensible no pudo aguantar la tensión, sufrió una crisis de angustia en medio de la sala y rompió a llorar ante el pasmo de todos, exigiendo a voz en grito y a lágrima viva que si iban a despedirla la despidieran ya y no la hicieran sufrir más la agonía de la incertidumbre, solo entonces se descubrió el pastel de los mensajes y las mentiras de Arisa, del infierno que había hecho pasar durante varios días a quienes se tenían por amigas suyas.

¿Que te han despedido, Arisa? Justamente, puedes jurarlo. Bon vent i barca nova, que diría el adagio popular catalán. Que allí donde vayas encuentres tanta paz como aquí dejas... Y vete por la sombra, querida. Sobre todo, vete por la sombra. Que la mierda, al sol, se seca.

7 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Que hija de toda su ... que pena que existan en el mundo gentuza como ella. Pero ya tendrá su merecido y no en el cielo ni en el infierno como muchos pueden pensar, aquí en la tierra es donde se paga todo lo que se hace.



Cuídate Jan.

Celia dijo...

No se como aun me sorprende la maldad de alguna persona cuando por desgracia hay mucha y de muchos tipos. Normalmente me indigno, pero hay veces que hay que tenerles pena, porque para llegar a ser así al margen del despido uno tiene que a ver sido un desgraciado toda la vida.

Doctora Anchoa dijo...

Y lo peor es que una sola persona así es capaz de generar un ambiente laboral horrible, y de conseguir que todo el mundo vaya disgustado a trabajar.

la reina del mambo dijo...

Pena que haya personas así.
Buen viento la lleve
Un beso

Misaoshi dijo...

Quéeeeeeee asco de historia nos cuentas. ¿Cómo puede haber gente tan cruel?

Buen viento la lleve, dices, pero lejos, a una isla desierta donde no haya nadie a quién joder. Y aún así los peces me dan pena.

Daeddalus dijo...

Como suelo decir yo, hay gente pa'to... así que yo me quedo con la nada.

Saludos... Pasaba por aquí.

Fiebre dijo...

Lo que más coraje me da,(en este caso se ha sabido) es que muchas personas de esta calaña quedan impunes gracias a la prudencia de los demás.