sábado, 10 de septiembre de 2011

Que en paz descanses

Que en paz descanses.

Poco, quizás nada más, se puede añadir.

¿Qué decir ante la muerte de una mujer joven, de 35 años, que deja además huérfana de madre a una niña de tan solo 14 meses?

Sabía que estabas enferma, sí, me habían llegado noticias, pero no, nunca, imaginé que la situación fuera tan grave, irreversible, incurable, terminal, definitiva.

Te has ido en la flor de la edad. Un cáncer de pulmón acabó contigo en apenas un año. Todos los que te conocíamos estamos impactados. Yo, la verdad, nunca te traté mucho. Sí a tu marido, hermano de una buena amiga, vecinos de toda la vida, tu marido Jose, al que conozco desde críos, al que he visto crecer, al que ahora imagino destrozado, tirando del carro por la niña, solo por ella, por esa hija que no creo que, de mayor, te recuerde. Esa hija que dejas no sola, que tiene un padre, y abuelos, que pueden cuidar de ella, pero sí, a buen seguro, muy desamparada.

Y el modo de enterarme... qué absurdo. En medio de una fuerte (y estúpida, como casi todas) discusión vecinal, entre gritos, insultos y exabruptos. Tu suegra salió del ascensor, cruzando el vestíbulo hasta la calle. Parecía sonámbula, ajena a la bronca que se desarrollaba a su alrededor, y tenía los ojos morados de haber llorado mucho. Alguien un poco más atento, una pizca más considerado que los demás, que seguían insultándose a voz en grito, le preguntó por ti.

-         M..., ¿Y tu nuera, cómo sigue?

Tu suegra miró a quien le preguntaba estoy seguro que sin acabar de verle.

-         Mi nuera falleció ayer. Anoche, de madrugada, sin ruido, como por no molestar, como había vivido los últimos meses...

Se hizo el silencio de pronto, un corrillo de hombres y mujeres boquiabiertos mirándola con ojos saliéndose de las cuencas. Alguien, de pronto, se acordó de lo obvio.

-         Y... ¿Y tu hijo...?

Ella, simplemente, se encogió de hombros, ya sin reprimir el llanto, incapaz de decir nada más. Ni falta que hacía.

Así que te has ido, y por poco que te hayamos tratado, has dejado un hueco muy hondo en nuestros corazones.

Que en paz descanses.

Poco, quizás nada más, se puede añadir

3 comentarios:

pseudosocióloga dijo...

Vaya.

la MaLquEridA dijo...

Seguramente está descansando en un lugar mejor, quien sabe.

Maria dijo...

Se me ha hecho un nudo en la garganta. No sé qué decir.