miércoles, 15 de junio de 2011

Cayendo en el surrealismo

“...A mi alrededor, fuera del reducto de paz y amor que forman las paredes de mi casa, todo parece desmoronarse” Así acababa mi artículo de ayer. Pues bien, el día que ha transcurrido desde su publicación, ese martes aún primaveral en que sin embargo ha empezado (¡por fin!) a hacer calor estival, se ha empeñado en confirmarme la opinión, en demostrarme de varias maneras que el desmoronamiento de que os hablaba ayer no es apreciación mía, sino evidencia palpable y demostrable. Me parece, de hecho, que, ya derrumbados, ya perdida toda esperanza, empezamos a caer en el surrealismo.

Primer Ejemplo: Recibo a través del correo electrónico de mi empresa un mensaje en que se me comunica la puesta en marcha de un nuevo servicio. No se trata de nada original, el consabido pack de orientación médica y psicológica que ofrecemos a mutuas y aseguradoras, en esta ocasión adaptado a usuarios de pólizas de accidentes de actividades deportivas de riesgo que contrata una determinada entidad a buen número de federaciones deportivas españolas. Según costumbre, se adjunta protocolo a seguir. Tampoco éste es original, sino el de siempre. Tomar datos de contacto del llamante, y, si se trata de una consulta psicológica, dejar la ficha pendiente de Jx, Jefe del Equipo de Psicólgos de la empresa. Si en cambio se trata de una orientación médica, la ficha debe quedar pendiente del Dr. Cx, responsable en la empresa de este nuevo servicio. Bien, todo parece clarísimo.

Cinco minutos después, recibo un segundo correo electrónico, casi idéntico al primero pero editado en parte por el mismísimo Director Asistencial, que ha introducido una nota digna del más cínico humor negro, tal que ésta: “El Dr. Cx está de vacaciones y aún no sabe que le hemos designado responsable de este servicio, por lo que no se deberá mencionar su nombre a ningún paciente, para evitar que pregunten expresamente por él...”

¿Cómo? ¿Han designado responsable de un nuevo servicio a uno de nuestros médicos sin tan siquiera comunicárselo? ¿No han tenido la deferencia de decírselo, ni de darle formación o pautas de actuación al respecto de su nuevo cargo y responsabilidades? Diría que me parece increíble si no creyera que la palabra increíble se queda corta. Y, si no mencionamos al Dr. Cx ni será él quien llame al asegurado por estar de vacaciones, ¿Quién narices le decimos que le va a llamar y de quién quedará pendiente el caso? Ni idea. Y el servicio empieza hoy día 15. Pues vamos bien...

Segundo Ejemplo: La noche del lunes al martes, a solicitud de tele asistencia, valoramos y gestionamos una ambulancia de urgencias para una anciana que se había caído en  su casa, donde vivía sola, sufriendo una más que probable fractura de cadera. Preferí asumir el servicio, dada la urgencia del caso, aunque no disponíamos de muchos datos, y los que teníamos parecían indicar que no era asegurada de la mutua, por más que insistieran desde la central de tele asistencia en que les constaba que sí. Para curarme en salud, reporté el caso a la superioridad. Respuesta, recibida hoy mismo: Consultado con Supervisión de Atención al Cliente de la mutua en cuestión, resulta que la señora sí es asegurada, pero con un nuevo tipo de póliza que empieza a comercializarse justo ahora, y de la que ellos mismos “no están demasiado seguros del protocolo a seguir”

¿Comercializan una póliza de salud y no están seguros del protocolo a seguir? ¿No han diseñado la totalidad del producto antes de sacarlo al mercado? ¿No pensaron que se producirían urgencias y consultas desde el primer día? ¿No introducirán en Base de Datos a los clientes de este nuevo tipo de póliza?

Tercer Ejemplo: Una compañera de trabajo de Elma sufrió un accidente precisamente al salir de trabajar hace cosa de un par de meses. Al ser “in itinere” se encargó de atenderla la mutua laboral de la empresa, cuyos servicios médicos, en un principio, le dijeron que no tenía nada, y le exigieron que se diera de alta, a pesar de quejarse ella de intensos dolores, firmándole un informe en que se calificaban como “ausencia de patología” los síntomas que ella explicaba. El dolor la hizo acudir varias veces a Urgencias de la mutua laboral, donde los médicos, invariablemente, la echaban de malos modos sin efectuar un diagnóstico. Finalmente, a la quinta o sexta visita, un médico digno de ese nombre le mandó hacer pruebas, de las que ha resultado que sufre rotura parcial del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, con afectación del ligamento lateral interno... En fin, que tiene que operarse de urgencia, para no acabar  con la rodilla deshecha a los treinta años. Y el dolor, y la angustia, y todo el tiempo perdido... ¿Dónde queda todo eso, quién se lo compensa? Nadie, claro.

Hasta hace poco me sentía como el único cuerdo en un mundo de locos, pero no. Me siento como el único vidente en un mundo de ciegos. La peor clase de ciegos. Ciegos que creen ver.

11 comentarios:

Madame dijo...

Empezaré por el último caso que relataste. Se resume en negligencia médica de los primeros galenos en atenderla. Estaría en todo su derecho la paciente a demandarlos, incluso teniendo pruebas como el informe que firmaron indicando que no tenía patología. Lo importante es que fue diagnósticada antes que sea irreversible su problema.
Sabes algo Jan, me sorprende que relates casos como este. Conocí unos médicos con una calidad profesional increíble en Madrid, me cuesta pensar que no lo tengan en Barcelona. Lo que cuentas pasaría en lugares inhóspitos.
En relación al 2do caso, pues si no esta claro solo queda atenderla a la paciente ya que sería una verdadera emergencia si es fractura de cadera. Entre la pelea de que si cubre o no su póliza la paciente muere... mejor discutirlo con la paciente viva...creo yo...
El primer caso, vaya pues así es en todo lado... explotación... hay dos alternativas que el médico los demande por no informar sobre estas nuevas funciones en su trabajo o quedarse callado y conservar el empleo... eso ya depende del médico.

No te compliques Jan, y no lo tomes todo tan personal, que al final el que termina con toda la carga de esto eres vos...
Besos y abrazos, nos estamos leyendo.

Maria dijo...

Sí, ¡surrealista!

Un abrazo

Babilonio dijo...

Es cierto, surrealismo puro, pero no por ello menos cierto, cada día mas habitual.
Se que no trabajamos en la misma empresa, ni en el mismo sector siquiera, pero lo que cuentas podria perfectamente aplicarse a la mia. La pena es que yo no puedo contar.

Calma, paciencia y distancia, por salud mental.


Ánimo.

Babilonio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EriKa dijo...

¡Viva la organización!, así nos va todo, santa paciencia...

Besitos.

Onara dijo...

La verdad que no me sorprende... gente dispuesta a hacer mal su trabajo, hay demasiada... gente dispuesta a hacer su trabajo de cualquier manera, aun más...

Lo fuerte es que esto también se extienda al sector de la sanidad, teniendo en cuenta que se está tratando con la salud y la vida de personas... hay demasiada responsabilidad...

A mi me ha tocado vivir hace poco la falta de profesionalidad de un servicio médico... por suerte nada demasiado importante... pero es indignante.

Ánimo Jan!, tengo esperanza de que algún día esta sociedad cambie para bien.

Besos

pseudosocióloga dijo...

Muuuuuy fuerte.

Anónimo dijo...

Anonanada me quedo y aumentas mi miedo a los médicos XDD

Lakacerola dijo...

..y esta es la sanidad privada que nos espera. ¿Entiendes por qué pataleo en mi blog contra las privatizaciones de los servicios públicos? La empresa pública busca la eficacia y la equidad, la empresa privada sólo y exclusivamente el beneficio, en segundo lugar el beneficio y en tercer y último lugar, el beneficio.
Un abrazo.

Gloria C. dijo...

Ay,no me sirve de consuelo ciertamente todo esto que nos cuentas, veo que en todos lados, pasa lo mismo.Un gusto inmenso Juan, poder visitarte y saber de ti.
te dejo mi abrazo muy fuerte y todo mi cariño.
Tartacha.

la MaLquEridA dijo...

Cuando cuentas estos casos de negligencia pienso que sólo en mi país puede pasar. Acaba de ocurrir algo tan inverosímil como el que le hayan puesto insulina a cuatro bebés creyendo que era la vacuna que les tocaba, y dicen que investigarán pero nadie hace nada, ¿y los niños qué? están en coma y nadie hace nada, así es mi país, una verdadera desgracia, pensé que en los países del primer mundo todo iba sobre ruedas.


Saludos Jan.