domingo, 29 de diciembre de 2013

Breve nostálgico paseo navideño

Desde el diez de enero... Aquí estoy, casi un año después, revisando éste que fue (y es) mi espacio.

No estoy seguro de por qué en estos meses no he vuelto a escribir nada, ni tan siquiera a leer nada. Creo que he tenido pocas cosas buenas que contar este año, y las malas no quise contarlas aquí, no quise que este espacio se convirtiera en una especie de blog-protesta y perdiera el tono lúdico que siempre me gustó que tuviera. Este lugar es una ventana al mundo, una herramienta de intercambio de ideas con personas físicamente muy alejadas de mí, y sin embargo con frecuencia mentalmente muy próximas. No lo volveré un almacén de rencor y mala leche, un lugar amargado y siniestro.

Héteme aquí pues, tantos meses después, releyendo artículos en un pequeño receso de una noche de guardia especialmente intensa, y sorprendiéndome echando de menos escribir y leer posts, lanzar mis ideas al mundo virtual, tan ancho y poblado como el real, y recibir de manera casi inmediata un agradable feedback de los anónimos lectores en forma de comentarios. Solo que, una vez más, poco se me ocurre para contar que no sea una sarta de despropósitos, un memorial de agravios recibidos en este proceso implacable y me temo que imparable de desmantelamiento del estado social y democrático de derecho tal como lo hemos conocido en Europa desde el final de la segunda guerra mundial. Las empresas, al igual que las autoridades políticas, aprovechan la crisis para acabar literalmente con todo, y el miedo a perder nuestras migajas, ese trabajo que apenas nos mantiene, ese aparente bienestar que es esclavitud envuelta en oropeles, hace que los ciudadanos agachemos la cabeza, renunciemos de facto a derechos por cuya consecución nuestros abuelos derramaron sangre, y permitamos que la casta política se apodere de nuestro estado e hipoteque nuestro futuro.

En fin, ya veis, me dais veinte minutos unos cuantos renglones y acabo haciendo justo lo que dije en el primer párrafo que no quería hacer... No sé si volveré a escribir regularmente como antes. No sé si retornaré a la rutina diaria de leer y comentar vuestros posts. No prometo nada porque a nada me quiero comprometer, solo decir que sigo vivo, que os hecho de menos, y que me alegro de haber tenido la idea de darme un nostálgico paseo por aquí.

4 comentarios:

Alondra dijo...

Me alegra volver a leerte,lo bueno de este mundo de los blogs es que no hay obligaciones, venimos cuando queremos y lo utilizamos para sacar las telarañas de la cabeza cuando nos apetece gritar o reír por medio de las palabras, no tenemos que hacer una obra de arte, simplemente abrimos la ventana y dejamos volar la imaginación.
Te deseo que en el nuevo año se cumplan algunos de tus sueños...
Y como estamos en días de abrazos te dejo uno afectuoso.

la MaLquEridA dijo...


¡Me da tanto gusto leerte de nuevo!
Escribe cuando quieras, siempre habrá alguien esperando por ti.

Un abrazo muy fuerte Janton, de aquí hasta allá.

pseudosocióloga dijo...

Hombre...habría que buscar la definición de lúdico.
Se te echa de menos...
Feliz año y que sea feliz vuelta...

Madame dijo...

ocho años de esto!!! Lo bueno es que el blog siempre esperará por tí, tus lectores tal vez desaparezcan o resuciten como la voz que en algún momento necesites escuchar.
Un abrazo Janton.