miércoles, 28 de noviembre de 2012

Los meses de silencio


Pues sí, como algunos de vosotros, fieles lectores (Muchísimo más fieles de lo que nunca pude llegar a imaginar), habéis descubierto ya, ayer martes volví a escribir en este blog, después de meses de inactividad.

Han sido meses de plomo, más que de oro. Meses en los que he visto a varios compañeros perder su empleo, o empeorar notablemente sus condiciones laborales. Meses en los que he vivido en mi entorno más íntimo y cercano varias rupturas sentimentales, todas teñidas de amargura y dolor. Meses, en suma, en los que lo malo ha abundado más y mucho más intensamente que lo bueno.

No ha sido eso, sin embargo, lo que me ha impedido escribir, aunque ha influido, porque es cierto que no quería convertir este espacio en una especie de memorial de agravios en que simplemente me desahogara contando penas sin número, un “blog protesta” plagado de desgracias y negatividad. El no tener nada bueno, alegre o positivo que explicar me tiraba para atrás cada vez que pensaba en retomar mi actividad como blogger, al menos para dar señales de vida, sí, pero lo que de verdad me impedía escribir una sola palabra cada vez que me sentaba frente al ordenador y abría el escritorio de mi blog, cada vez que clicaba “nueva entrada” para acabar clicando “cancelar” al cabo de pocos minutos, era un cierto hastío de mostrar mis vergüenzas en público (las mentales, que son muchos peores de mostrar que las físicas), un cansancio de publicar nuevas entradas después de hacerlo casi a diario, ininterrumpidamente, durante más de un año consecutivo. Cansancio de la blogosfera en general, incluso de leer y comentar, hasta el punto que desde mayo hasta después de verano apenas entré en ningún blog ni leí ninguna entrada. Era como si necesitara desintoxicarme.

Ahora el hastío que siento es el de no escribir hace tanto tiempo, el de no leeros ni saber de vosotros ni compartir penas y alegrías (últimamente, ya os lo he dicho, muchas más penas, por desgracia) con tantos y tan buenos amigos, aunque sean virtuales, como aquí he hallado. He vuelto, pues, y decidido a quedarme. No son las mejores circunstancias personales ni generales. La última bofetada que la vida, el destino o la providencia, elegid la expresión más acorde a vuestras ideas, ha soltado en mi entorno, la ha recibido un primo de Elma, con el que siempre nos hemos llevado bien, a principios de este mismo mes de noviembre que ya agoniza: El día uno, perdió su empleo, y apenas una semana después le detectaron a su mujer un cáncer de mama. Difícil situación para hacerle frente. Pocas expectativas de que un hombre ya entrado en la cuarentena halle empleo, con una hija aún pequeña que mantener, y sin que su esposa pueda apoyarle en estos momentos en que ella misma necesita más apoyo que nadie, por no hablar de las estrecheces económicas que les aguardan en su futuro inmediato. No son las mejores circunstancias para superar este trance... Pero la vida sigue, la rueda de la fortuna no deja de girar, y mientras hay vida hay esperanza, eso pienso yo al menos.

He vuelto. Prometo seguir escribiendo. Os reitero las gracias por vuestra preocupación y fidelidad. El punto y aparte ha sido de tal intensidad que he decidido cambiar de nickname, aparcar el Jan Berg con el que era conocido y volver a ser Janton, nick con el que me siento mucho más identificado. Como en mi primer blog, cuando me ilusionaba escribir y compartir ideas  y experiencias. Asimismo, he aprovechado el fail del anterior contador de visitas para establecer nuevo contador, y empezarlo desde cero, porque, sin borrar nada, es un nuevo comienzo. Así puedo decir, tras tanto tiempo, ¡Nos leemos...!

8 comentarios:

pseudosocióloga dijo...

"Welcome back".
Se te echaba de menos.

Tengo otro seguidor que usa la misma foto y me volví loca leyendo su blog para ver si había sido otro cambio de identidad tuyo pero no me cuadraba nada.

Doctora Anchoa dijo...

Encantada de tenerte otra vez aquí, y otra vez Janton además XDD. Bienvenido.

Misaoshi dijo...

Rebienvenido.

Lamento mucho lo que estás pasando y lo que has tenido que pasar.
No es agradable saber que alguien a quién seguías y acabas cogiendo un cariño que deja de ser virtual cuando lo que piensa y la manera en que lo escribe te ha llegado a la patata, esté pasando por un mal momento en su vida.

Mucho ánimo y sobretodo a la familia de Elma. Mujer a la que todos los que te seguimos le queremos como una más de nuestra familia, por su carisma y buen corazón. Qué suerte tenéis de teneros.

Un abrazo

Janton dijo...

Pseudo, muchísimas gracias. Respecto a la foto del perfil, voy a cambiarla, no a raíz de tu comentario, sino porque, de un tiempo a esta parte, ciertamente me siento menos llanero solitario y más motorista fantasma. Esa dualidad hombre-demonio me gusta.

Janton dijo...

Dra. Anchoa, Janton soy más yo mismo, efectivamente, aunque al final los nombres solo son máscaras que nos ponemos...

Janton dijo...

Misa, muchas gracias, no sabía que te había llegado a la patata...

No, en serio, se agradece el apoyo que sé que es sincero. Perdí las ganas de escribir, pero por suerte las he recuperado. Y que dure.

Madame dijo...

se respeta estos silencios, yo también los tengo, los he tenido, y si no hay nada que decir, es mejor no forzar las cosas...
En cuanto a desgracias y demás,... pues yo andaba como vos... y creo que no es una buena época para nadie.... las cosas están cada día más duras...
besos y abrazos Janton... nos estamos leyendo.
PD. Tu chiste del fb del radiólogo y la enfermera me ha hecho reír que no tienes idea... jaaaaa

Janton dijo...

Madame, eres muy amable, respetar el silencio ajeno es algo que para mí es sagrado pero no todos lo tienen tan claro.

Estos tiempos están siendo, en efecto, muy duros para todo el mundo.

Me alegro de haberte hecho reír un poco con ese chiste, el humor es de las pocas armas que nos quedan para luchar contra la desesperanza

Un fuerte abrazo