miércoles, 21 de marzo de 2012

Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible

No me importa el espectacular currículum que aporten las nuevas incorporaciones a la empresa. Ni que tengan tres licenciaturas, hayan vivido en cuatro países distintos y hablen cinco idiomas, ni que hayan obtenido el sobresaliente Summa Cum Laude en Exobiología por el Trinity College de Yale. Cuando entra una llamada de un chico africano residente en cierto país del antiguo bloque soviético, que habla un inglés malísimo, mal pronunciado y salpicado de expresiones africanas y eslavas, no hay quien le entienda. Simplemente, no se le entiende, y punto. Ni inglés nativo ni pollas en vinagre.

Si a alguien se le pide un número de teléfono de contacto, por si se corta la llamada, y te facilita uno que de manera evidente no es ni puede ser su número de teléfono (Será su DNI, su NASS, o qué sé yo qué demonios habrá entendido el sujeto, pero NO su teléfono), y justo después de facilitarte ese número erróneo va y se corta, efectivamente, la llamada, pues no se le puede llamar, y punto. Te pongas como te pongas, no podremos llamarle porque no tenemos su teléfono. No es culpa nuestra, que se lo hemos pedido, es culpa suya, que no lo ha dado correctamente...

Si una persona entra a trabajar en la empresa, en un equipo determinado, se integra perfectamente en ese equipo, se lleva bien con sus compañeros, desarrolla un buen aprendizaje del servicio, está contenta allí y sus compañeros están igualmente contentos con ella, y de pronto Planificación dice que debe cambiar de equipo, e irse a otro donde abundan los compañeros de digamos difícil trato, y que para más regodeo está comandado por una Jefa de Equipo con la que ya ha tenido algún desencuentro, no esperéis que esa persona recién incorporada a la empresa, pero ya perfectamente integrada en el equipo, se lo tome bien y lo acepte alegremente sin discutir ni rebelarse. No. Eso, en el mundo real, con personas normales, de carne y hueso y sangre en las venas, no pasa. Eso solo se os ocurre a vosotros, planificadores deshumanizados, que veis el mundo como una tabla excel donde las personas son solo celdas multicolores que pueblan el inmenso casillero. Eso solo lo pensáis quienes no sabéis ni queréis saber que existe un factor humano que cuenta, vaya si cuenta...

Cosas que no pueden ser, y que a toda costa se pretende que sean... Cada día veo más a mi alrededor. No sé si será la crisis, el signo de los tiempos, o que de verdad, tal como profetiza algún gurú apocalíptico, el mundo se acaba...

Por cierto, y como habréis observado, he estado un par de semanas alejado de todo y de todos, ni he escrito nada ni he leído a nadie, en fin, creo que lo necesitaba, pero ahora, como veréis, he vuelto, y con muchas ganas de quedarme. No, no es una amenaza, solo un deseo firme...

3 comentarios:

Babilonio dijo...

Jan, el mundo no se acaba, lo pone en mi tabla de excell (invento infernal donde los haya)jeje.

Seguro que esos planificadores han estudiado con los de personal de mi empresa, me apuesto una gonada.


Ánimo.

pseudosocióloga dijo...

Lo de tu empresa es un cúmulo de despropósitos ...

Lakacerola dijo...

¿Has pensado que hay "jefas" o "jefes" contratados por RRHH sólo con el propósito de aburrir al personal y hacerle la vida imposible a ver si se largan por su cuenta y riesgo?
Pues como las meigas, haberlas haylas.
Un abrazo.